Buyuk Valide HanQuien aún dude de que Estambul es una ciudad en la que la sensación de aventura y exploración es aún posible, sólo tiene que adentrarse en el laberinto de calles y callejuelas que se extienden y ramifican a modo de gran mercado abierto comunicando literalmente los aledaños del Gran bazar con el mercado de Tahtakale.
Toda la ciudad está llena de lugares curiosos y cargados de historia, a tu alcance si te atreves a dejar los caminos marcados, recorriendo ese pasaje que se aleja del bullicio, adentrándote en ese patio que se entrevé al fondo, o subiendo esas escaleras de piedra que no sabes bien a dónde te llevarán. Son espacios que parecen mimetizarse entre la gran cantidad de tiendas y de gente que abarrotan las calles, por ello, si no los buscáis os pasarán desapercibidos.

Por supuesto, y quiero que conste, no estoy animando a nadie a que cometa actos temerarios o a que invada o perjudique la propiedad ajena. Hay que ser cuidadosos y respetuosos. Insisto en ello porque la gran mayoría de estos lugares están en torno a calles muy comerciales, pero en edificios muy antiguos, del siglo XV y posteriores, que se encuentran en unas condiciones pésimas. Al entrar en estos lugares uno tiene que tener claro que lo hace bajo su propia responsabilidad.

Hoy quiero escribir sobre los hans, que siguen albergando en su interior a mil y un gremios distintos y, en cuyas oscuras y minúsculas estancias curtidos artesanos elaboran todo tipo de artículos que luego veréis expuestos para la venta en la calle.Mapa de la Ruta de la Seda
Pero, qué son los hans (pronúnciese jans)? El origen de los khans, hans, o caravanserais, como gustéis, fue la Ruta de la Seda. En principio eran edificios que ofrecían albergue o refugio a las caravanas de comerciantes, peregrinos y militares que circulaban a través de esta mítica y primera “autovía del comercio” que recorría toda Eurasia poniendo en contacto los mercados de ciudades en Europa con tierras proverbialmente lejanas y desconocidas. En todas las ciudades de esa ruta, por tanto, los hallareis. En la rama más occidental de la Ruta de la Seda, varios caminos partían desde Estambul para dirigirse hacia el Mediterráneo o hacia el Norte de Europa, cuyos mercados eran los que recibían con más entusiasmo los exóticos productos orientales.
Sin embargo, todo pasa, con el auge del comercio marítimo, estos edificios fueron cayeron en desuso, y puede decirse que también en el olvido.

 

El Büyuk Valide Han

Estambul está lleno de hans, que a lo largo de los siglos no han hecho sino Buyuk valide hanser reciclados para diversos usos, sólo tenéis que pasear por la zona de los mercados para verlos. Con mayor claridad cuando las tiendas han cerrado. Y los veréis, los hay por decenas. Algunos en edificios Otomanos de ladrillo muy antiguos, con sus claraboyas en forma de pequeñas cúpulas grisáceas, y cuyo acceso es a través de una enorme puerta de madera. Otros en edificios algo más nuevos.

Panorámica desde el tejado del Buyuk Valide HanHistóricamente, el más importante en Estambul fue el Büyük Valide Han, (Han de la Reina Madre) encargado en 1651 por la Valide (reina madre) Kösem Sultán para financiar el mantenimiento de la bella Çinili Camii, o mezquita de los azulejos, de la que os he hablado en alguna ocasión. Se utilizaba para almacenar las mercancías procedentes de los barcos anclados en el Cuerno de Oro y como posada para los comerciantes que viajaban. Una de las leyendas urbanas más curiosas sobre el Büyük Valide Han es la que cuenta que Kösem Sultan escondió todas sus joyas en las profundidades de la torre bizantina que ahora parece una extensión del edificio. Desde entonces, incontables buscadores de tesoros han visitado el han, antes y después de la invención de los detectores de metales.
Los hans se distribuyen generalmente en torno a uno o varios patios y tienen dos o tres alturas. El Büyuk Valide Han es así, dos alturas y tres patios en uno de los cuales hay una mezquita conocida como la Mezquita Iraní. En los tiempos en que servía de hospedaje a los comerciantes tenía 300 celdas y podía guardar hasta mil caballos.

Interior del Buyuk Valide Han

En su interior hallareis mercancías apiladas, muchos trastos y artesanos que ajenos al jaleo del bazar desempeñan sus oficios en un ambiente casi novelesco. Tanto que ya ha sido escenario de alguna película como «El maestro del agua», recientemente,  o «007 Skyfall».

Había leído que era posible acceder a Mehdi Bey, el encargado del hansu tejado, y, pensando en lo impresionantes que podrían ser las vistas, nos propusimos encontrarlo. Una tarea de ubicación e “investigación” que dio sus frutos, no sólo para localizar el lugar sino para conseguir encontrar a la persona al cargo de la llave que nos permitiría acceder al tejado. Nos habíamos escrito un pequeño speech en turco en el que mencionábamos que buscábamos a esta persona, y preguntando aquí y allá le conocimos. Acompañamos al menudo sr Mehdi Bey a lo que parecía una oficina, tan vieja y deslucida como el mismo edificio. Allí guardaba decenas de llaves. Si deseáis subir, lo primero tendréis que hacer es encontrarle. No os pedirá nada, pero una pequeña propina (5TL-10TL) siempre será bienvenida en compensación por las molestias y por su tiempo y, porque como comprobareis las vistas son memorables y bien lo valen.

El estado del tejado es realmente preocupante, las claraboyas, rotas y parcheadas con diversos materiales amenazan con venirse abajo si uno las pisa, y la maleza crece de cada grieta que el tiempo ha infligido al edificio, pero las vistas de la ciudad, del Bósforo, y, sobre todo de los edificios del bazar son privilegiadas, por la perspectiva y porque obviamente no habrá nadie más que vosotros.
En una habitación semiderruida del tejado encontramos un inmenso telar abandonado cubierto por el polvo y la suciedad. El sr Mehdi Bey, que lleva cincuenta años viviendo y trabajando aquí, y que hacía sus intentos por comunicarse, nos comentó con pesar como la llegada de la mecanización y los productos made in China, habían acabado drásticamente con esa actividad. El han sigue siendo un edificio de trabajo ocupado principalmente por artesanos del metal como torneros, pulidores, hombres de fundición y joyeros, y por pequeños talleres de costura, (fabricantes de sombreros, planchadoras, y un tintorero) pero el sonido rítmico de los enormes telares ya no es sino un lejano eco. Sólo esta pieza de museo da testimonio de esa época.
Testigos del último medio siglo en Büyük Valide Han recuerdan la presencia de trabajadores del cuero, tintoreros, tejedores de alfombras, comerciantes, fabricantes de cartón. Hoy en día, las pocas tiendas que hay en él venden ropa al por mayor que no se fabrica aquí y otros productos.
En el segundo piso, bastante lúgubre, donde la mayoría de los habitáculos están vacíos y cerrados a cal y canto, pocos talleres quedan ya. Aquí se encuentran los talleres de los trabajadores del metal y las salas de prensado. Algunos llevan en el han entre 30 y 40 años.

Por si os interesa recorrerlos, comentar que justo frente al Büyük Valide Han, hay otros dos grandes hans, el Büyük Yeni Han y Küçük Yeni Han, ambos del siglo XVIII. Y para los que se animen con más, un libro en inglés: Istanbul’s Bazaar Quarter, de Edda Renker Weissenbacher y Ann Marie Mershon, con distintos recorridos por los hans del Gran Bazar.

Nota: como era de esperar, el gobierno acabó cerrando al público el tejado del Büyük Valide Han debido a los comportamientos incívicos de la gente y al riesgo que corrían muchos de los descerebrados que subían allí a hacer las fotos más locas del mundo. Así pues, sabed que ya no se puede subir, hay un café en el mismo han , Under the roof, en el cual no he estado, pero del que dicen hay muy buenas vistas también.

 


 

Ana Morales

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