Si hay una parte de la ciudad de Nanjing que ningún visitante olvida es sin duda esta: el distrito Qinhuai, al que da su nombre el río del mismo nombre. El antiguo río Qinhuai y sus canales son una parte inseparable de la antigua capital de Nanjing. Construidos por el primer emperador de la dinastía qin, era este el principal canal de la ciudad, con unos 110 kilómetros de longitud.
Con el paso del tiempo, fue el lugar de residencia elegido por los altos funcionarios de las dinastías Qin y Ming, de modo que su belleza se vio realzada por preciosas construcciones que jalonaban sus orillas, comunicadas por varios puentes de madera. Si seguís la orilla sur llegareis a la Gran Muralla de Nanjing, de la que ya os hablé en una entrada anterior, la muralla protectora de ciudad más larga del mundo.
Actualmente, las orillas del río Qinhuai son uno de los lugares más populares y animados de Nanjing. Comprende una amplia zona peatonal de varias calles paralelas llenas de edificios bajos que aunque de nueva construcción en su mayoría contribuyen a recrear la arquitectura tradicional de esa época, dinastías Ming y Qin, edificios de madera y piedra, con tejados apuntados en forma de pagodas la mayoría de los cuales son restaurantes, tiendas de souvenirs, algunas tiendas de artesanías en marfil, tiendas de té, etc. Los locales gustan de pasear con las familias, sucumbiendo al principal reclamo de este lugar, que, al margen de la belleza escénica o de sus lugares de interés monumental es la zona de la ciudad con mayor oferta gastronómica, pues se venden más de 200 variedades de tentempiés locales en más de 20 restaurantes, incluyendo algunos bien conocidos como Gui Guang Ge, Jiang You Ji y Yong He Yuan. Los platos más populares son la sopa de sangre de pato y fideos de almidón de batatas, el tangbao, los noodless pidu, los cangrejos peludos si vais en temporada, el pato salado, y el arroz remojado en té, aunque a menudo no resulta muy atractiva ni a la vista, ni al olfato. Los amantes de la cocina china disfrutarán con la comida local. Os recomiendo daros una vuelta por toda la manzana y curiosear los puestos de comida antes de decidiros.
Al caer la noche, se ven pequeños barquitos surcando el río, de hecho, dar un paseo en uno de estos botes es una de las actividades estrella de esta zona, el lento compás de los remos, las luces reflejadas en el agua, el panorama iluminado del río Qinhuai es una ensoñación inolvidable que te traslada a otros tiempos.
Otro de los puntos de interés, es el templo de Confucio o Fuzi Miao. Confucio y sus enseñanzas se convirtieron en los fundamentos de cómo debía gobernarse la sociedad china.
Más que una constitución o una sola doctrina, la enseñanza de Confucio impregnaba y dictaba lo que se requería para lograr una sociedad armoniosa. El templo propiamente dicho fue construido durante la dinastía Song, en el 1034, aunque ha sido reconstruido en numerosas ocasiones. Durante el último milenio, el templo fue restaurado, reconstruido y ampliado, creando un gran complejo utilizado por los estudiosos confucianos. En 1984 la municipalidad local decidió renovarlo siguiendo los planes originales del templo. La nueva construcción consta de tres partes: el templo, la Academia Imperial, y el Gongyuan, donde se hacían los antiguos exámenes provinciales y nacionales. En el patio interior del edificio se encuentra una gran estatua de bronce de Confucio y otras ocho de sus discípulos en mármol, y dentro del mismo una galería de paneles de jade, oro y plata que ilustran la vida de Confucio, sin duda, la figura más importante en la conformación de la antigua civilización china. Desde los patios, se observan tejados oscuros de otros edificios circundantes también de apariencia antigua que por unos momentos me hicieron pensar en la película “Memorias de una geisha”.
La dinastía Song fomentó el estudio y un examen más amplio de los ideales confucianos. Tan respetados e importantes eran estos ideales que la selección de los funcionarios y funcionarios se hacía de entre aquellos con el mejor conocimiento y comprensión de estas enseñanzas. Para ello se construyeron escuelas y salas de examen en todo el reino. Uno de los más importantes estaba también aquí en Nanjing, al lado del Templo de Confucio y es que las mentes más brillantes de China inundaron durante siglos las orillas del Qinhua, el río de los emperadores.
Templo de Confucio: 1 Qinhong Road, calle peatonal Fuzi Miao, Distrito Qinhuai (秦淮区夫子庙景区步行街秦虹路1号; os lo escribo en el idioma local porque a menudo es harto complicado hacerse entender con los taxistas que desconocen los caracteres latinos) precio de la entrada: RMB 30; abierto de lunes a jueves de 9:00 a.m.-10:00 p.m., y viernes y sábado de 9:00 a.m.-10:30 p.m.
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