Todo aquel que haya visitado Turquía en los meses más fríos es probable que lo haya saboreado, o como mínimo se habrá preguntado de qué se trataba al ver a los vendedores de sahlep con sus carritos en todas las zonas donde hay trasiego de gente ofreciendo esta bebida azucarada que reconforta cuerpo y mente, y que nos ayuda a entrar en calor.
El sahlep es ideal para protegerse de los fríos invernales en cualquier momento del día o de la noche.
El sahlep tiene el aspecto de una bebida cremosa y lechosa, y se hace a base de la mezcla de harina de sahlep, leche, agua y azúcar, a veces con un poco de extracto de vainilla, flor de azahar o agua de rosas. La harina es obtenida de la molienda de las raíces secas de un tipo de orquídea salvaje de las especies ‘Orchis’ y ‘Ophrys’ que se encuentran en las provincias de Kahramanmaraş, al sur de Turquía, y también en las provincias del Mar Negro.
Estas orquídeas crecen en bosques y zonas montañosas, especialmente en tierras calcáreas. Las de mejor y más delicado aroma son las que crecen en altitudes entre los 1.000 y los 1.100 metros.
Como decía, el sahlep es una bebida de invierno, y se puede encontrar oficialmente entre los meses de octubre y abril. Tradicionalmente se le atribuye la propiedad de curar problemas digestivos y enfermedades de las encías, así como el aumento de las defensas frente a la tos y los resfriados. La harina de sahlep contiene azúcares, almidón, nitrógeno, y es de color crema, siendo muy nutritiva y demulcente.
Se usa en dietas especiales de convalecientes y niños. Debido a la forma de los tubérculos, también se le han atribuido incluso cualidades afrodisíacas.
El modo más común de servirlo es con leche y espolvoreado con canela, e incluso lo veréis acompañado con pistachos molidos, aquí entra en juego la creatividad
del establecimiento, tanto más refinado según se trate de una cafetería, una pastelería o un lugar de moda. Sin embargo, el auténtico polvo de Sahlep es muy caro, por lo que no se encuentra fácilmente un sahlep de calidad. Sólo lo encontrareis en las tiendas que venden café turco y a un precio que ronda las 250 TL por kilo. Además es ilegal exportarlo fuera de Turquía, debido al hecho de que su cultivo casi ha extinguido a este tipo de orquídea de montaña (son necesarias mil orquídeas para producir 1 kg de harina de sahlep).
Pero lo que sí podréis comprar son preparados más o menos concentrados listos para calentar y consumir a un precio mucho más económico que se pueden sacar sin problemas del país.
Esta bebida es bastante desconocida en occidente sin embargo en los siglos XVIII y XIX, antes de que el té y el café se convirtieran en las bebidas calientes por excelencia, era popular en Alemania e incluso Inglaterra, donde era conocido como saloop. Se introdujo en los países del medio oriente después de abrazar la religión musulmana en el S.VIII. Dado que esta no les permitía tomar alcohol, otras bebidas como la boza (hecho con trigo sarraceno), la “şıra” (zumo de uva) o el salep sustituyeron a éste. El sahlep era una bebida muy popular en todo el Imperio Otomano. Los vendedores la ofrecían en las calles en grandes jarras de cobre con grifo que la mantenían caliente y sobre braseros donde los clientes se calentaban las manos mientras la bebían.
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4 Comments
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Es verdad, el sahlep es delicioso! Gracias por compartir su historia!
Yo también estoy enamorada de Estambul, es lindo encontrar a alguien que comparte mi pasión por tan hermosa ciudad !Muy bueno tu blog, seguí escribiendo!
Hola Alif,
el sahlep es tan reconfortante que pensé que se merecía un pequeño homenaje.
Muchas gracias por tus ánimos ALif, tu blog también es muy bueno, me gusta leer cosas que no sean las tópicas, la mirada de alguien que conoce de primera mano de lo que habla. EL contenido de calidad es difícil de encontrar, así que ánimo tú también! Un abrazo
Siempre duermo un poco después de comer, hoy sin embargo me he perdido por los bazares y ensoñé las delicias que describes, así que ahora voy a poder soñar con ese universo de sabores que tan bien describes.
Gracias mil
Qué bueno, soñar es lo mejor.
«Nadie nunca es demasiado grande para soñar. Y los sueños nunca envejecen»
«Ana la de Álamos Ventosos» (1936)