Muy recientemente estuve visitando las ruinas de la ciudad romana de Baelo Claudia, en el enclave natural de la playa de Bolonia y dentro del Parque Natural del Estrecho de Cádiz. Durante el paseo entre las ruinas expuestas al sol y a la fuerza del viento y el mar, no podía dejar de pensar en lo mucho que tenía en común con otra ciudad del imperio romano que visité hace algunos años: Cesarea Marítima, en la costa de Israel.
Si, como a mí, te interesa profundizar en sus paralelismos, entonces espero que disfrutes con este post.

Baelo Claudia, en la costa atlántica de Cádiz, y Cesarea Marítima, en la costa del mediterráneo oriental de Israel, fueron dos ciudades clave del Imperio romano que, pese a su distancia geográfica, comparten importantes similitudes en cuanto a urbanismo, función y simbolismo imperial.

Ambas ciudades nacieron o se desarrollaron plenamente bajo el dominio romano, y, ambas son un excelente ejemplo de cómo Roma replicó su modelo urbano, político y cultural desde Occidente hasta Oriente. Ambas urbes adaptan el modelo a contextos regionales distintos, pero cuentan con elementos comunes: un urbanismo planificado, una infraestructura avanzada, un papel estratégico en el comercio y una clara conexión con el poder imperial.

Estos paralelismos son la clave para comprender cómo Roma logró integrar territorios tan diversos dentro de un mismo marco político y cultural.

 

Baelo Claudia

Fundación

Se cree que se desarrolló sobre un asentamiento fenicio preexistente desde el cual se comerciaba con el norte de África, principalmente con lo que es el actual puerto de Tánger, aunque no se han encontrado vestigios anteriores a los romanos que hayan confirmado aún esta tesis. Tingis era la capital de Mauritania, una ciudad muy importante en aquel momento. Y ambas ciudades se ubicaban justo en frente una de la otra, haciendo de este intercambio comercial por mar una actividad más sencilla y más económica de realizar que incluso con otras ciudades de dentro de la península.

Fue el emperador Claudio quien le otorgó el estatus de municipio romano más tarde. Baelo Claudia alcanzó su máximo esplendor en los siglos I y II d.C. gracias a su actividad pesquera e industrial, en especial la producción y exportación del garum, una especie de salazón a base de pescado muy valorada en todo el mundo romano que servía tanto para el aliño de las comidas como para su conservación. Las piletas de elaboración de las salsas o Cetariae son visitables y suponen el 35% del total de las conservadas en todo el mundo romano por lo que dan fe de su gran importancia para la ciudad.

Las ruinas de Baelo Claudia permanecieron ignoradas entre dunas durante mucho tiempo. A pesar de que desde el siglo XVIII, el inglés John Conduitt realizó una descripción de los restos visibles en aquel momento y situó sin error ya a Baelo Claudia en la Ensenada de Bolonia, no fue hasta 1917 cuando comenzaron las excavaciones arqueológicas del yacimiento, con Pierre París, un catedrático de arqueología e historia del arte de Burdeos. Pierre fue el que sacó a la luz el teatro, la construcción más monumental del conjunto.

Con decenas de vicisitudes, incluyendo la guerra civil y las dos guerras mundiales, se puede decir que, es a partir de 1965, cuando se desentierra todo el yacimiento en un total de 24 campañas arqueológicas.

Su declive

La ciudad sufrió, 200 años después de su fundación, un terremoto que la afectó gravemente, en una época en la que la ya villa romana experimentaba una gran prosperidad, gracias a sus preciadas factorías de salazones y salsa garum y al comercio que le permitía su situación geoestratégica. La destrucción causada por el terremoto fue tomada como una oportunidad para reconstruirla, esta vez siguiendo los cánones monumentales de una ciudad romana. Fue el momento en el que se construyeron el teatro, el foro, templos, murallas, termas, acueductos y una gran avenida, entre otros edificios.

Pero se han encontrado evidencias arqueológicas de que la ciudad volvió a sufrir los efectos de la actividad sísmica entre al año 365 y 395 d.C, cuando un maremoto con olas de más de cinco metros de altura habría devastado una parte importante de este enclave. Esto, unido a la decadencia del propio imperio, impidió que recuperase su antiguo esplendor.

La vida de la ciudad conoció su abandono definitivo a principios del siglo VII d.C., durante la Alta Edad Media. La ciudad fue poco a poco tragada por las dunas, sepultada como el denso pinar que hoy en día se resiste a desaparecer bajo toneladas de dorada arena. Quedando cubierta de campos y huertas, con el paso de los años su puerto dejó de ser utilizado para siempre. El abandono definitivo se produce tras la invasión bereber del norte de África, en el 711.

Cesarea Marítima

Fundación

Fue fundada entre los años 25 y 13 a.C. por Herodes el Grande en honor a César Augusto sobre el pequeño pueblo fenicio de Straton.

La ciudad de Cesarea de Herodes era inmensa, se extendía a lo largo de más de 600.000 metros cuadrados. Pronto se convirtió en la capital administrativa de la provincia de Judea y en un importante centro portuario y comercial. Cuando Judea se convirtió en provincia romana en el año 6, Cesarea Marítima reemplazó a Jerusalén como capital provincial. Asimismo, en el año 135, tras la Revuelta de Bar Kokhba, se convertiría en la capital de la provincia romana de Siria Palestina.

La ciudad floreció durante los períodos romano y bizantino (siglos I-VII d. C.) y era más grande que Jerusalén. Contaba con un palacio, salones civiles, un anfiteatro, un hipódromo, acueductos, un alto muro de defensa y un exquisito templo dedicado a Roma y Augusto.

Al igual que Baelo Claudia, hoy está ubicada dentro de un parque natural, el Parque Nacional de Cesarea.

Su declive

Cesarea prosperó bajo el dominio romano, pero con el declive del Imperio Romano de Occidente y el auge del Imperio Bizantino, su importancia estratégica fue disminuyendo. La conquista musulmana y las Cruzadas trajeron consigo nuevos centros de poder y rutas comerciales, relegando a Cesarea a un segundo plano.

En el año 639 d.C. cayó definitivamente en poder de los árabes, iniciando su decadencia. En 1101, los cruzados conquistaron Cesarea y construyeron un pequeño puerto en el área del antiguo puerto herodiano. Sin embargo, en 1291, la ciudad fue nuevamente conquistada, esta vez por el sultán mameluco Al-Malik Al-Ashraf. Posteriormente, la ciudad fue destruida en gran parte y finalmente fue reubicada como un pequeño pueblo de pescadores a fines del siglo XIX.

 

Sus similitudes

En términos de urbanismo, ambas ciudades reflejan claramente la influencia romana, aunque por supuesto, a distinta escala.

Tanto Baelo Claudia como Cesarea contaban con un trazado ortogonal, con calles principales —el cardo y el decumanus— que organizaban la ciudad en cuadrículas. En el centro urbano se situaba el foro, espacio cívico y administrativo, rodeado de templos, basílica, termas y edificios públicos. En Baelo Claudia, se conservan restos notables del foro, templos dedicados a la tríada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva) y un templo al emperador, lo que evidencia la importancia del culto imperial. Cesarea también contaba con templos, un teatro, un hipódromo y un palacio monumental, integrando elementos arquitectónicos típicos de las ciudades romanas.

El aspecto portuario es otra similitud destacada.

Ambas ciudades, orientadas hacia el mar dependían del comercio marítimo.

Baelo Claudia, aunque más modesta en tamaño, contaba con un puerto activo vinculado a la exportación de salazones. Cesarea, por su parte, albergó el mayor puerto artificial del mundo romano, llamado Sebastos, una hazaña de ingeniería con espigones construidos con hormigón hidráulico que permitía la llegada de grandes embarcaciones. Durante siglos estuvo entre los tres puertos más grandes y modernos del mundo antiguo.

Ambas ciudades también destacan por sus infraestructuras hidráulicas.

En Baelo Claudia se han documentado cuatro acueductos; el acueducto de Punta Paloma, el acueducto del Molino de la Sierra de la Plata y el acueducto de Realillo. Además de sistemas de alcantarillado y canalización de agua tanto para las termas como para las fábricas de garum. En Cesarea, Herodes mandó construir acueductos de más de 10 km para abastecer a la ciudad y su palacio, un sistema que continuó en uso durante siglos.

 

Baelo Claudia: Datos de interés

Dirección: Ensenada de Bolonia s/n, 11380 Tarifa (Cádiz)

Teléfono: 956 106 793

Horario:

Del 21 de marzo al 20 de junio
Martes a sábado de 09:00 a 21:00. Domingos, festivos y lunes víspera de festivo, de 09:00 a 15:00 horas. Lunes cerrado (excepto víspera de festivo).
Del 21 de junio al 20 de septiembre
Martes a sábado de 09:00 a 15:00. Domingos, festivos y lunes víspera de festivo, de 9:00 a 15:00 horas. Lunes cerrado (excepto víspera de festivo).
Del 21 de septiembre al 20 de marzo
Martes a sábado de 09:00 a 18:00. Domingos, festivos y lunes víspera de festivo, de 9:00 a 15:00 horas. Lunes cerrado (excepto víspera de festivo).

Referencias