He estado dudando todo el verano sobre la conveniencia, o no, de dedicar un post a la Ruta Vicentina, una ruta de senderismo relativamente poco conocida en el suroeste de Portugal. La razón, muy simple, creo que, al igual que tod@s los que la hemos recorrido de un modo u otro, desearíamos que continuase, lo más intacta y sostenible posible.
La Ruta Vicentina lleva años recibiendo a viajeros entusiasmados por todo lo contrario al turismo de masas. Personas que viajan ligero, pero sin prisa, sin dejar huella ecológica en el entorno y, que aprecian y disfrutan con la riqueza de este privilegiado patrimonio natural. Espero que siga así para tod@s y, puestos a pedir un deseo, espero que nunca se ponga de moda.
Dicho esto, evitaré entrar en grandes detalles, pero sí compartiré con gusto la información práctica necesaria para abordarla. Espero que este post te ayude si estás planeando conocerla.
El germen
La cuestión es que esta visita me rondaba la cabeza después de que me la recomendasen varios conocidos portugueses. Todos me decían, ¿Algarve? No, no. Los portugueses descansan en la costa vicentina, el Algarve es para los turistas, y me lo decían casi como quien espera que uno guarde un secreto que solo discurre de boca a oreja. Me picó entonces la curiosidad, no sabía e exactamente dónde se encontraba. Este año, tras hacer mis indagaciones, fue el destino elegido.
Hicimos una parte de la ruta, y descansamos unos días en Zambujeira do Mar.
Cuando ir
La mejor época para hacer la Ruta Vicentina es en primavera y otoño, ya que el clima es agradable, hay menos turistas y los paisajes de flores y la luz del sol son espectaculares. El verano puede ser demasiado caluroso y ventoso para caminar, aunque, por el contrario, los días son más largos permitiendo exprimirlos más.
Junio es aún un buen momento para hacer la ruta, pero diría que está casi en el límite porque el sol ya es intenso. Por otro lado, las noches son deliciosamente frescas, algo de agradecer cuando en la península estábamos aguantando temperaturas máximas. Además el comienzo del verano es uno de los mejores meses para visitar Portugal, porque, aunque el turismo ya se deja ver, las hordas de turistas aún no han llegado.
¿Qué es la Ruta Vicentina?
Es un itinerario balizado que transcurre por el suroeste portugués, y que recorre el parque natural del Sudoeste Alentejano y la Costa Vicentina, siguiendo caminos históricos que unen pequeños pueblos costeros y pueblos del interior. La travesía coincide con los tramos más interesantes del Camino histórico y el Trilho dos Pescadores, entre la población de Porto Covo y el Cabo de San Vicente. Es decir, la Ruta Vicentina la conforman el Sendero de los Pescadores y el Sendero Histórico.
El Sendero Histórico (Caminho Historico) va desde Santiago do Caxem hasta el Cabo de San Vicente. Tiene una longitud de 230 kilómetros. La ruta se divide en 12 etapas, con longitudes de entre 12 y 33 km. Es un camino integrado en el GR 11/09 que conecta Sagres con San Petersburgo.
El sendero histórico puede recorrerse a pie o en bicicleta y atraviesa caminos forestales, bosques, campos, colinas, valles, ríos, dehesas y alcornocales, pasando por pueblos y aldeas, muchos de ellos, lugares de paso hacia Santiago de Compostela en el medievo, y otros, cuyo origen se remonta a antiguos asentamientos de origen celta.
En el Sendero histórico podrás impregnarte de la cultura y la vida rural del sur de Portugal. La ruta no presenta dificultad, ya que prácticamente no hay desnivel. Son necesarios al menos 12 días, uno por etapa.
Ha sido distinguido con la Certificación Europea «Leading Quality Trails – Best of Europe» por la European Ramblers Association, que integra el conjunto exclusivo de los mejores destinos de rutas a pie en Europa
El Sendero de los Pescadores (El Trilho dos Pescadores) sigue siempre junto al mar, bien por caminos a través de las playas o por encima de los acantilados, a lo largo de 111 kilómetros, entre Porto Covo y Odeceixe.
Las poblaciones incluidas son Porto Covo, Vilanova de Milfontes, Almograve, Zambujeira do Mar y Odeceixe. Este solo lo podréis hacer a pie y en algún tramo, resulta bastante exigente porque transcurre en una gran parte por la arena, y, puede ser agotador.
Este fue el sendero que nosotros elegimos porque como comentaba, deseábamos terminar nuestra estancia descansando unos días en Zambujeira do Mar, cerca del final del recorrido.
Está organizado para ser realizado en cuatro etapas, siguiendo un sendero que está perfectamente marcado. Cada una de sus etapas termina en un pueblecito pesquero. Por tanto, tras el esfuerzo, siempre podéis visitar en modo relax estos bonitos pueblos y dormir, cenar y desayunar en ellos. Gracias a esto el peso de vuestra mochila no os martirizará demasiado.
El recorrido del Sendero de los Pescadores os mantendrá en contacto permanente con el rugido del mar, con la aridez del paisaje costero y con una naturaleza plena, salvaje y persistente. Es un poco más difícil que la Ruta Histórica debido a las dunas y el desnivel. Pero es la ruta perfecta para quienes prefieren la soledad y la tranquilidad, y es la que nosotros elegimos.
Señalización
Las rutas están bien señalizadas; lo principal es no confundirse con la designación.
El sendero costero se caracteriza por marcas azules y verdes visibles en todas partes: en postes de madera, piedras, árboles y cualquier otro elemento que pueda servir para marcar el camino y evitar que los viajeros se extravíen. En muchos tramos hay pasarelas de madera perfectamente conservadas, y empinadas escaleras de madera de acceso a algunas playas. Hay que respetar la flora y la fauna no saliendo de los senderos indicados.
Por otro lado, no es difícil orientarse: si caminas de norte a sur, el océano siempre estará a tu derecha, y viceversa. Atención con los horarios de las mareas, que aquí son muy fuertes y que os podrían dejar atrapados en algún punto de la playa si os entretenéis y no las controláis.
¿Qué encontrarás?
Caminarás sobre arena la mayor parte del camino, ya que esta costa salvaje, a pesar de los altos acantilados que se alzan sobre el océano, está cubierta de dunas. A veces, te puedes hundir hasta los tobillos y a veces, puedes bajar y caminar sobre arena mojada, que resulta un alivio la verdad. Otra parte del camino discurre por caminos rurales, e incluso por el arcén de la carretera, lo cual es más fácil, pero no tan bonito.
Si te dan miedo las alturas, has de saber que parte del camino pasa por altos acantilados donde generalmente sopla el viento. La piedra de los acantilados se va erosionando y desmoronando poco a poco por lo que hay que evitar pasear demasiado cerca del borde. Hay que tener precaución, hablamos de playas verdaderamente salvajes donde las fuerzas y tensiones geológicas han retorcido y moldeado el escarpado litoral durante millones de años, sin descanso. El resultado, a nivel paisajístico y geológico, es impresionante. Los numerosos y afilados Flysch paleozoicos que se adentran en el mar siguen siendo esculpidos a diario por la fuerza agitada del Atlántico… ¡Una auténtica belleza!
¿Qué echo en la mochila?
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- Imprescindible llevar gorra, cortavientos y protector solar, ya que no hay prácticamente sombra.
- Agua y algo de avituallamiento ya que, normalmente no hallareis sitios donde poder comprar nada en el camino.
- Los bastones de trekking son una ayuda para caminar por la arena.
- La mejor opción son las botas de caña alta para evitar que la arena entre dentro del zapato, pero yo lo hice con mis sketchers que son muy ligeras y no me fue mal.
- Echad el bañador y la toalla por si os animáis a meteros en las aguas del Atlántico, nunca se sabe.
De interés
- Atención con los horarios de las mareas, que aquí son muy fuertes y que os podrían dejar atrapados en algún punto de la playa si os entretenéis y no las controláis, tanto si estáis en ruta como si simplemente pasáis el día en la playa. Prestad atención a las señalizaciones de baño porque se forman remolinos que te arrastran hacia en interior.
- El transporte es complicado: no hay autobuses, así que, si lo necesitáis, podréis pedir un taxi en los pueblos del camino. Para ello, es necesario buscar los números de teléfono de los servicios de taxi; los encontrarás en la página web oficial de Ruta Vicentina.
- Aunque hablamos de una zona mucho menos concurrida que otras zonas costeras más consolidadas, es mejor reservar el alojamiento con antelación. De hecho, yo reservé en diciembre porque pude comprobar que la oferta de alojamientos era pequeña y no quería quedarme sin la posibilidad.
- Para planificar tu ruta, contamos con la página oficial desde donde podéis descargar los mapas y obtener más consejos e información.
Etapas del Sendero de los Pescadores
1ª Etapa: Porto Covo – Vila Nova de Milfontes
Distancia: 20 km. Partimos de Praia dos Buizinhos.
La Playa de Buizinhos adquirió su nombre porque es común encontrar conchas cauris en su arena, con las que se hacen piezas de bisutería.
En los últimos kilómetros de esta etapa cerca de Vila Nova de Milfontes, nuestro fin de etapa, llegamos al Porto de Pesca das Barcas. Es un pequeño puerto con una lonja. Junto al puerto hay un restaurante estupendo, el Porto das Barcas.
Y más allá están las construcciones de los pescadores, donde guardan los aperos, los covos apilados con los que se pescan langostas, pulpos y zapateiras. Aunque son bastante precarias, lo cierto es que estos refugios que dan la espalda a la pequeña ermita de la virgen de los marineros están en un lugar privilegiado.
La población de Vilanova de Milfontes es encantadora, os gustará pasear por sus tranquilas calles adoquinadas y cuidadas y admirar el fuerte de Milfontes que mira a la ría fundirse con el océano, con sus altos muros de piedra abrazados por la hiedra.
2ª Etapa: Vila Nova de Milfontes – Almograve
Distancia: 15 km. Para abandonar Vila Nova de Milfontes hay que cruzar el río Mir.
En temporada alta existe la opción de coger una barquita por unos 5€/persona. También podéis simplemente ir caminando por la carretera y cruzar el puente hasta el inicio del sendero. Esta etapa es la más fácil y la menos espectacular de todas. A toro pasado os recomendaría recorrer la Praia das Furnas por la arena evitando el tramo oficial por el parking de asfalto.
También en Almograve tendréis estupendas playas en las que descansar y bastantes restaurantes y bares locales que son conocidos por su pescado, su marisco y sus deliciosas tapas. Todo con sabor local.
3ª Etapa: Almograve – Zambujeira do Mar
Distancia: 22 km. Salimos desde la Praia do Almograve.
En bajamar podréis observar a los percebeiros trabajando con gran pericia para arrancar el percebe sin dañarlo. Al finalizar la pista nos desviamos un poco del sendero para visitar el Porto de Pesca de Lapa de Pombas. «El pequeño puerto de Lapa de Pombas es un refugio natural. Está protegido del viento y las olas por las rocas costeras y cuenta con un manantial de agua dulce. Los pescadores locales navegan su entrada y salida del puerto por las rocas, que conocen bien. Cada roca tiene un nombre: Lombo de Burro, Proa do Barco, Conselho, Furna…».
Cerca del puerto de Lapa de Pombas se descubrió una «fábrica» prehistórica de herramientas de piedra. Estas herramientas se elaboraban con guijarros extraídos de la playa.
La siguiente parada de esta etapa es el Cabo Sardão, donde podrás observar un majestuoso faro que vigila un increíble paisaje terrestre y marítimo. Desde allí, nos quedarán unos 10 kilómetros entre pista y carretera hasta Zambujeira do Mar.
Cabo Sardão es el principal punto de interés de este tramo, ya que se encuentra en el punto más occidental de la costa alentejana, entre Almograve y Zambujeira do Mar. El faro del Cabo Sardão es el único de Portugal que no está orientado hacia el mar, sino hacia el interior, una peculiaridad arquitectónica notable. El faro fue construido en 1915 para vigilar la costa alentejana, y a pesar de dar una cierta sensación de abandono, es un punto de referencia importante en la zona con sus 17 metros de altura. Geográficamente su localización en ese punto se debe a que divide en dos partes iguales la distancia que existe desde el cabo de Sines al cabo de São Vicente.
Este lugar también alberga muchas aves, como la cigüeña blanca, o los cormoranes. Si tenéis suerte, encontraréis nidos de cigüeña blanca en los acantilados, ya que se acercan a estas costas a criar. Es el único lugar del mundo en el que las cigüeñas nidifican sobre rocas junto al mar.
Desde el Cabo Sardão hasta Zambujeira do mar tenemos un tramo algo aburrido porque transcurre por el arcén de la carretera, pero se puede hacer más ameno acercándonos a los acantilados de tanto en tanto.
4ª Etapa: Zambujeira do Mar – Odeceixe
Distancia: 18 km
En cuanto salimos de Zambujeira do Mar el sendero comienza a subir hasta los acantilados para mostrarnos hermosas vistas de la Praia da Zambujeira a un lado, y de la Praia dos Alteirinhos, por el otro. Nos esperan kilómetros de playas salvajes, inaccesibles a pie muchas de ellas y a cada cual más bella. También encontraréis intrépidos pescadores encaramados en los lugares más insólitos.
Llegamos al gran mirador donde el río Seixe desemboca en el mar. Es curioso, porque cuando sube la marea el mar inunda el brazo del río y este se llena de familias y niños que pueden disfrutar del mar con más seguridad y, todo hay que decirlo, con un agua más templada.
El pueblo queda a unos 3 kilómetros hacia dentro, y le llaman “la mancha portuguesa” por el molino del s. XVIII que atesora. Situado en la zona de Aljezur, este pueblecito es referencia entre los surferos y amantes de dolce far niente por sus extensas playas con olas, una gastronomía excelente, piscinas naturales de aguas dulces y saladas y la vida rural en su mejor expresión. De hecho, según una encuesta realizada en todo el país, la Playa de Odeceixe se encuentra entre las siete maravillas del país. No hay muchas playas en el mundo que te permitan bañarte en el mar y, al mismo tiempo, en una piscina de aguas limpias y tranquilas. Un fin de trayecto realmente atractivo y recomendable.
Y aquí termina nuestra ruta. Tras pasar el día en Odeceixe, descansamos 3 días más en Zambujeira do Mar desde donde visitamos otras localidades cercanas del concejo de Odemira y disfrutamos de las playas, y de la gastronomía y la verdad es que nos hemos traído un inmejorable sabor de boca en todos los sentidos. Até breve amigos!!!

Ana Morales
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