Desde mi reciente visita al British Museum, he comprobado que la polémica sobre la devolución de los mármoles del Partenón por parte de Gran Bretaña a Grecia, es un debate recurrente en las noticias. Pero no es un debate nuevo, de hecho, lleva abierto décadas. Exactamente desde que en los años ochenta del siglo pasado, Grecia solicitase formalmente a Inglaterra la repatriación de estas obras de su Patrimonio, sin que haya habido acuerdos reseñables desde entonces.
De hecho, el Vaticano ha devuelto recientemente tres fragmentos que estaban en su poder desde el siglo XIX y que se exponían en los museos vaticanos. Un gesto que aviva el debate sobre la restitución de las piezas del Partenón en posesión del Museo Británico, exhibidas a más de 2 mil kilómetros del lugar para el que Fidias las diseñó.
¿Qué opinan ustedes? ¿Creen que la devolución es una opción real, o, por el contrario, son escépticos?
Hoy analizo los hechos que avalan la postura de ambas partes y lo que significaría de modo global que esta petición fuese atendida y que las esculturas de Fidias por fin se mostrasen en su escenario original. Si les pica la curiosidad, están invitados a seguirme.
Algunos datos históricos
Lo primero que debemos de saber es que, aunque esta polémica afecta sobre todo al Museo Británico, no es el único en poseer esculturas del Partenón (o de otros yacimientos o lugares arqueológicos). En el caso del Partenón, son, en total 75 metros de friso que incluyen 15 metopas y 17 figuras de frontón del templo. Estas fueron arrancadas textualmente del monumento y llevados a Londres donde se exponen desde el año 1832 en la Sala Elgin del museo.
Lo cierto es que las circunstancias de su adquisición siempre se han visto envueltas en la polémica.
Para los británicos, las piezas se adquirieron de modo legal, compradas al diplomático Lord Elgin. Elgin vendió las piezas por 35.000 libras no sin polémica, pues se dudaba de que el permiso imperial de la corte otomana le hubiese autorizado a trasladarlas. Por esto, esta adquisición fue sometida a votación en 1816 en la cámara de los comunes del Parlamento británico. El resultado de la votación fue de 82 votos a favor y sólo 30 votos en contra. Con esta compra, Inglaterra se adjudicó la mitad de todas las esculturas del Partenón.
Por lo tanto, la adquisición, criticada en Inglaterra por personajes del arte y de la cultura como Lord Byron, o Hugh W. Williams sería considerada lícita, ¿pero, fue lícito el desmantelamiento y extracción de su ubicación? ¿Cómo lo consiguió Lord Elguin?
Lord Elguin
Lord Elguin, 7º conde de Elgin y 11º duque de Kincardine, fue un noble, soldado, político y diplomático británico que estuvo destacado en Estambul con el cargo de embajador ante la corte Otomana (que ocupó Grecia durante 4 siglos). El sultán Selim III ocupaba el cargo.
Cuando él se hizo con los mármoles, la acrópolis estaba convertida en una fortaleza otomana, con su mezquita y minarete. Antes había sido una iglesia. El Erecteión, con las famosas cariátides, albergó un harén, y, el propio Partenón se convirtió en un polvorín cuando la flota veneciana voló parte del edificio de un cañonazo en 1687.
He leído que grandes cantidades del preciado mármol del Pentélico se redujo a polvo para fabricar cal por parte de la guarnición turca. Es decir, la joya arquitectónica más icónica de Grecia estaba en un riesgo real de desaparecer para siempre pues era sistemáticamente expoliada. El deterioro y la devastación del edificio estaba muy avanzado y, en un informe de 1800 se confirma que el Partenón ya solo contaba con el 50% de la decoración escultórica original.
Lord Elguin, amante de la cultura clásica, consiguió un permiso especial del sultán para reemprender unos trabajos de documentación del monumento con el fin de hacer dibujos detallados de las ruinas, moldes en yeso de los relieves, y toma de medidas de los elementos arquitectónicos. Atención porque este documento es el único documento que supuestamente le «autoriza» a llevarse las piezas. Dicho documento, que no es original sino una dudosa traducción italiana, se exhibe el Brittish Museum desde 2006. No existe el original en turco. El documento, firmado por el caimacán avisa a los vigilantes de que no pongan impedimentos si se quieren llevar “algún trozo de piedra con inscripciones y figuras”. En 4 años Elguin y su equipo se hicieron con lo que aún quedaba en el Partenón y lo trasladaron en barco a Inglaterra.
Los defensores de que las obras se mantengan en el Museo británico indican que de no haberse llevado allí entonces, hoy en día probablemente no existirían. Y es muy probable, pues hasta 1821 Grecia no despertó como nación con identidad propia.
Las esculturas del Partenón de Atenas quedaron instaladas en el friso del templo entre los años 447 d.C. y 432 d.C. Durante milenios, fueron el referente de belleza, armonía y virtud, pero es probable que, de no haberse sacado de allí, aunque fuese con estas malas artes, ya no existiesen.
Por otro lado, la devolución de estas obras abriría la caja de Pandora ya que sería, sin duda, solo el comienzo de un proceso en el que otros países intentarían recuperar su patrimonio expoliado y expuesto en muchos otros museos como Berlín o Louvre en Europa. De hecho, el Louvre también expone fragmentos del Partenón, exactamente una parte del friso, que representa una escena de una batalla mítica entre los centauros y los hombres.
A los críticos con estas “repatriaciones” les preocupa que los retornos puedan desencadenar algo así como una reacción en cadena que desmantele los museos «universales» cuyas colecciones internacionales ofrecen una visión única de cómo el mundo está interconectado. Pero es arte expoliado durante las etapas coloniales, arte que poco a poco deberían de volver a volver a sus países de origen donde pertenecen. Ningún pueblo debería de ser privado de ellas.
“Return, Restore & Restart”
Recuperar los mármoles, restaurar el Partenón y reiniciar la historia es el lema de una campaña impulsada por la Unesco para devolver a Grecia su pasado.
El año pasado, (2022) Alemania devolvió la propiedad de cientos de objetos a la comisión del museo nacional de Nigeria, Francia devolvió 26 artefactos a Benín, y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York llegó a un acuerdo para transferir la propiedad de docenas de esculturas a Grecia. El Nuevo Museo de la Acrópolis, con vistas al Partenón, fue inaugurado en 2009 y expone las pocas esculturas del Partenón que se libraron del expolio de Elgin. Un museo que sigue a la espera de la llegada de los citados mármoles.
Esperemos que la justicia y la preservación de la historia de cada cultura prevalezcan sobre otros intereses, y, que estas acciones sean el comienzo de una nueva era de cooperación entre los museos y los países de donde provienen originalmente sus colecciones.
Mientras tanto, seguiremos esperando a que Grecia por fin pueda ver regresar a casa el contenido del templo de la diosa Atenea, la diosa protectora de la ciudad.
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