Visité Konya hace algunos años ya, como una parada intermedia en el recorrido por la región de la Capadocia. El principal punto de interés estaba relacionado con el mausoleo del místico Mevlana Celaleddin Rumi, conocido mayoritariamente como Mevlana. Desde entonces, muchas veces sus versos llenos de apabullante sabiduría han venido a mí…

Tierra de leyendas y de historia

Hoy día Konya es una urbe moderna con más de 1,2 millones de habitantes, y constituye uno de los principales motores industriales de Turquía. Sin embargo, Konya es también uno de los asentamientos urbanos más antiguos del mundo, o al menos eso revelan las excavaciones arqueológicas de la zona, que están datadas en al menos en el tercer milenio antes de Cristo.

Lo que no ofrece ninguna duda es que estamos en una tierra de historia y de leyendas, como toda esta fascinante región. Casi de cuento, casi mitológica, tejida por las muchas civilizaciones que desde al menos el 7000 a.c se asentaron aquí: los hititas, los frigios, los lidios, los persas, los romanos, los bizantinos, los seléucidas, los mogoles y, por último, los turcos.

Tras el colapso del imperio hitita, fueron los frigios quienes establecieron allí un gran asentamiento. De acuerdo con una de sus leyendas, Konya fue la primera ciudad en levantarse después del diluvio universal que destruyó a la humanidad.

La pujante ciudad se helenizó gradualmente a partir del siglo III a. C.  hasta que se convirtió en una ciudad autónoma y mayoritariamente griega en idioma, educación y cultura. Es precisamente otra leyenda la que le atribuye su antiguo nombre a la eikon (imagen), de la cabeza de la Gorgona, con la que el guerrero mitológico Perseo venció al dragón que tenía aterrorizada a la población nativa antes de fundar la ciudad griega. La gente erigió un monumento especial en su honor, un obelisco de piedra con un icono del propio Perseo tallado en él. Este hecho le dió a la ciudad su nombre, Ikonyon, Ikonyum, Iconium.

Aunque aún de cultura frigia, Konya fue incluida en la provincia romana de Galacia en el 25 a. C., y conocida desde entonces como Iconio para posteriormente ser elevada a la categoría de colonia por el emperador Adriano en el 130 D.C. En el 372 D.C se convirtió en la capital de la provincia de Lycaonia.

Iconio fue objeto de incursiones árabes desde el siglo VII hasta el IX. Fue arrebatada a los bizantinos por los turcos seléucidas en 1072 y pronto se convirtió en la capital del sultanato seléucida de Rūm. Con el nuevo nombre de Konya, alcanzó su mayor prosperidad y fue considerada una de las ciudades más brillantes del mundo. Sus gobernantes ilustrados fueron grandes constructores y mecenas del arte que dotaron a la ciudad de muchos edificios, incluidos algunos de los mejores y más bellos ejemplos existentes de arte seléucida.

Después del declive de los seléucidas, Konya fue gobernada por los mongoles y más tarde por el principado turcomano de Karaman, hasta que finalmente fue anexada al Imperio Otomano alrededor de 1467. Fue durante el sultanato de Fatih Mehmed Sultan.

La ciudad, que estaba en declive durante el período otomano, revivió después de 1896 en gran parte por la construcción de la legendaria línea ferroviaria que unía Estambul y Bagdad, que pasa por Konya.

 

Cruce de caminos cultural y religioso

Religiosamente hablando este cruce de polvorientos caminos en la ruta de la seda es también un lugar significativo para los primeros cristianos porque San Pablo y San Bernabé llegaron a la ciudad en uno de sus viajes por Asia Menor alrededor del año 50 d. C. Se dice que predicaron en Konya, enfureciendo tanto a la población local que tuvieron salir huyendo de allí.
Sin embargo, es mucho más importante para el Islam.

La tumba del místico Mevlana, es hasta nuestros días uno de los lugares más importantes de peregrinación del mundo islámico, una segunda Kaaba para los sufíes y el centro espiritual de Turquía. Los peregrinos realizan plegarias frente a su tumba, bajo la preciosa cúpula verde turquesa de su mausoleo, museo desde que el padre de la Turquía moderna, Mustafá Kemal Atatürk, decretó el cierre de las órdenes sufíes, en 1925, durante el proceso de secularización del país.

 

¿Qué hacer en Konya?

La mayoría de los visitantes se detienen aquí específicamente para ver el Museo Mevlana, una de las “atracciones turísticas religiosas” (sí, aunque parezca que los términos son contrapuestos, esto existe) más famosas de Turquía y un importante lugar de peregrinación que contiene la tumba del poeta y fundador de la orden mística sufí de los derviches giratorios Mevlana Rumi. Es totalmente comprensible ya que es el símbolo de la ciudad.

El complejo de tekke (logia sufí) alberga la tumba del líder religioso, filósofo y poeta del siglo XIII, quien fundó la secta derviche del sufismo.

También dentro del complejo tenemos la sala semahane (salón donde se realizaban las ceremonias derviches) que contiene un museo de exhibiciones religiosas. Por último, en lo que eran las cocinas de la logia, hoy contiene dioramas de la vida derviche y está conectada a las celdas derviches donde habrían vivido los seguidores sufíes y que ahora contienen exposiciones sobre la vida derviche. Igualmente, su obra más conocida, el Mathnawi, escrito en persa se expone en el museo en seis volúmenes donde relata sus ideas místicas y sus pensamientos como cuentos entrelazados.

El Museo de Mevlana en Konya, que es el museo más visitado de Turquía tras el Palacio de Topkapı en Estambul, y su visita es gratuita.

Respecto a las ceremonias de los derviches, hay dos opciones para ver una sema (cuya danza conduce a los participantes a la iluminación espiritual) mientras estás en Konya: los sábados durante todo el año hay una actuación en el Centro Cultural de Mevlana a las 7 pm. En los meses de verano (aproximadamente de junio a septiembre), hay una actuación en el jardín de rosas del Museo Mevlana a partir de las 20:45. Ambos son gratuitos y no es necesario reservar con antelación.

Igualmente, no olvidar que cada año se celebra la Semana de Mevlana desde el primer domingo de diciembre hasta el 17 de diciembre (fecha de su muerte). Esta noche, miles de personas de todas las religiones participan en las ceremonias de Şeb-i Aruz que se organiza en Konya. Merece la pena recordar que, aunque Mevlana era musulmán, no lo era del tipo ortodoxo. Para él, todas las religiones eran más o menos verdaderas. Su doctrina aboga por la tolerancia ilimitada, el razonamiento positivo, la bondad, la caridad y la conciencia a través del amor. Mevlana miró con los mismos ojos a musulmanes, judíos y cristianos, por ello, sus enseñanzas impregnadas de pacifismo y de tolerancia han atraído desde entonces a personas de todas las sectas, credos y puntos cardinales.

Pero, además, sus siglos de historia hacen de esta ciudad una parada ineludible para aquellos que quieran profundizar en el arte y la arquitectura del sultanato seléucida que dominó la región durante doscientos años.

La Karatay Medrese, que fue una escuela teológica, (utilizada como museo de azulejos en la actualidad), la Mezquita Alaaddin Keykubat del siglo XI, I y la Mezquita Ince Minare merecen toda vuestra atención sólo por mencionar algunas.

Además, la excavación de Çatalhöyük, a 43 kms. de Konya, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es el asentamiento neolítico más grande jamás encontrado en el mundo ya que data de 9.000 años antes de Cristo.

Otra opción agradable es la visita del tranquilo pueblo de Sille de quien dicen es “Lindo como un botón”, antiguo asentamiento otomano-griego como un pequeño pueblo que se encuentra en las afueras de la ciudad y un lugar muy frecuentado, especialmente en los fines de semana por la población local, que gusta de desayunar reposadamente en sus cafés.

Las calles del pueblo están bordeadas por hermosas casas con vigas de madera, mientras que la cresta del acantilado está salpicada de antiguas casas cueva.

El pueblo también alberga dos iglesias bizantinas que han sido restauradas recientemente. La iglesia de Santa Elena y la Küçük Kilise (pequeña iglesia), en la colina detrás del pueblo.