Seguro que muchos de ustedes son amantes de la Gran Manzana, y, razones las hay a miles. Muchos de ustedes, además de visitantes ocasionales, serán unos enamorados de la historia de la ciudad, y, algunos otros serán incluso auténticos expertos.
Por ello, es posible que algunos ya sepan que, durante un periodo de treinta años, el edificio más alto de la ciudad de los rascacielos fue una réplica de un edificio muy reconocible de Sevilla. Para los asombrados con este dato, como yo misma, escribo este post.

Pues sí, efectivamente, Nueva York tuvo su propia Giralda en los terrenos del segundo complejo del Madison Square Garden. Y ella fue, a su pesar,  el escenario de una historia propia de un vodevil, donde se dieron todos los ingredientes, lujuria, celos, venganza…

Tres apuntes clave:

  • La “Giralda de New York” terminó de construirse en 1890 bajo la dirección de los arquitectos Charles McKim, William Rutherford Mead y Stanford White, en un revival historicista que se inspiró en las obras clásicas antes de que la ciudad finalmente se rindiese al acero y el cristal.
  • Desde su inauguración, la construcción se convirtió en la sede del segundo Madison Square Garden, que acogía todo tipo de espectáculos deportivos y culturales.
  • A raíz de esta obra, este estudio de arquitectos se convirtió en unos de los más prestigiosos de la época. Muy especialmente el carismático Stanford White, quien la había diseñado.

Esta curiosidad que les comparto surge a raíz de la lectura de la novela “A prueba de fuego”, del escritor Javier Moro. Una novela que nos narra los logros y vicisitudes de Rafael Guastavino, un arquitecto valenciano que llegó a la ciudad de los sueños como inmigrante, y que alcanzó fama y fortuna al construir algunos de los edificios emblemáticos que han dado su perfil a Nueva York.

Sólo en Nueva York, entre él y su hijo realizaron más de 400 edificios hasta 1922, aunque, curiosamente, no haya ninguna construcción suya en Valencia. Nadie es profeta en su tierra.

La Universidad de Columbia, el puente de Queensboro, la Grand Central station, o el Carnegie Hall, todos ellos son escenarios habituales de película diseñados por ellos, y hoy obras de culto.

Rafael tuvo una estrecha relación con todos ellos. Pero, de hecho, quien más impulsó su carrera sería Standford White, quien fue introduciéndole en los círculos donde se cocían los grandes proyectos. Fue Stanford White, nuestro protagonista, quien desde el principio admiró la bóveda tabicada ignífuga de Guastavino que fue crucial para su éxito, habida cuenta de que estaba reciente aún el terrible incendio de Chicago de 1871.

La Giralda de Nueva York, que con sus 105 metros de altura dominaba el Madison Square Park, fue el primer rascacielos de la ciudad hasta el crack de 1929.

El complejo tenía 32 plantas, era una torre de oficinas, sala de exposiciones, teatro de varietés, cuadrilátero de boxeo, terraza, jardín en altura y restaurante.  Un edificio de estilo historicista que imitaba el diseño de su hermana hispalense, eso sí, con las dimensiones y las soluciones arquitectónicas que podríamos esperar en América, donde todo era posible.
En su punto más alto, y en lugar de la original giraldilla, se alzaba una escultura dorada de “Diana Cazadora” realizada por Augustus Saint-Gaudens. Dicha obra no estuvo exenta de polémica, ya que la imagen de la diosa desnuda ofendía a la sociedad puritana de la ciudad.
Aunque hoy se puede ver expuesta en el museo de arte de Filadelfia, también podemos ver una copia de la misma en el Muelle de Nueva York de la capital hispalense.

Stanford White

Uno de los artífices de esta construcción, sería también de modo indirecto, responsable de su destrucción.

White era un excelente arquitecto y gran coleccionista de arte y antigüedades.
Pero tras la fachada de respetable hombre de familia tenía una segunda vida, marcada por sus apetitos carnales y devaneos amorosos. Stanford tuvo muchas, y probablemente, muchos amantes a lo largo de su vida. Su vida de excesos eran la comidilla y hacían las delicias de la alta sociedad de la época.

White, junto con un nutrido grupo de próceres de la ciudad, eran asiduos a reuniones privadas para caballeros en localizaciones secretas donde se organizaban orgías y se mantenían relaciones extraconyugales con jóvenes coristas del cabaret del Madison Square Garden.

La joven Evelyn Nesbit fue la última de ellas en pasar por el picadero de White.

Con el beneplácito interesado de su progenitora, quien esperaba que con su juventud y belleza no tardaría en seducir a alguno de estos partidos de saneada cartera y así abandonar la vida de pobreza.

Años más tarde trascendió que White habría abusado sexualmente de ella. Este horrible acto permaneció en secreto, y White continuó adelante sin poder sospechar que años después, esto le costaría la vida.

A pesar de su éxito y de su fama, el pasado le esperaba agazapado para cobrarse su precio.

El Edificio y su trágica historia

Parece que dicha estatua que coronaba el extravagante edificio estaba inspirada en la mencionada Evelyn Nesbit.

Casada con Harry Kendall Thaw, un magnate de los negocios con una grave inestabilidad mental, este estaba obsesionado con White y con su modo de vida.  Lo admiraba y lo odiaba a partes iguales, pues, de hecho, no eran tan distintos en su faceta personal. Envidiaba su éxito, su libre albedrío, su notoriedad. Esto le obsesionaba. Llegó incluso a perseguirle por toda la ciudad, hecho del que Stanford era consciente.

Thaw se casó con Evelyn Nesbit, un rostro muy famoso entonces, quien, probablemente sin saberlo,  alimentó hasta la obsesión los celos de su marido. La idea de que White había «arruinado la vida de su esposa» se fue haciendo camino en su cabeza hasta provocar un trágico desenlace. O eso fue lo que este alegó en el juicio para salir en libertad: la defensa de su honor y su desequilibrio mental.

En 1906, durante un espectáculo con cientos de invitados en la azotea del Madison Square Garden a la que asistieron el matrimonio Thaw, Harry se acercó al arquitecto y le disparó a bocajarro dos disparos en la cabeza matándolo en el acto ante una audiencia confundida que no sabía si aquello era real o era una broma extravagante del propio White. Este crimen dio lugar a un mediático juicio y a lo que se conoció como “el crimen del siglo”.

Aquel hecho horrible estuvo mucho tiempo en los tabloides y, marcó el destino de la Giralda de Nueva York.


Por otro lado, a pesar de su importancia en la escena cultural de Nueva York en el siglo XX, el Madison Square Garden II no fue más que un éxito financiero, al igual que el Garden original. Con la llegada de los años veinte, se produjeron impagos en las hipotecas del complejo, y la New York Life Insurance Company, que tenía la hipoteca sobre el mismo, decidió demolerlo para abrir allí una nueva sede, que se convertiría en el New York Life Insurance Building.

El complejo y la Giralda “olvidada” de Nueva York fueron demolidos en 1925 siendo reemplazado por el tercer Madison Square Garden, ya en la octava Avda con la calle 50. Este fue el primero en ubicarse lejos de Madison Square. El tercer Madison Square Garden, existió hasta 1968, ya sin el particular minarete.

Otras giraldas americanas

Además de esta obra, hay algunas otras Giraldas a lo largo del país.

La de San Francisco, en el edificio del ferry, «San Francisco Ferry Building» tiene una historia singular. Construida en 1898, ha aguantado incólume todos los terremotos sufridos en la ciudad desde entonces. El de 1906, que devastó la ciudad, apenas provocó el desprendimiento de algunos ladrillos de su fachada.

En un noticiero rodado sólo uno o dos días después del seísmo, la imagen de la Giralda de San Francisco va a apareciendo entre la nube de polvo como un símbolo de permanencia. Y ahí sigue, más de un siglo después. Esta Giralda es parte de un enorme complejo que albergaba espacio de intercambio de pasajeros, oficinas, almacenes, una elegante arcada, y la propia torre de 75m de altura inspirada en la Giralda de la Catedral de Santa María de Sevilla. La «Giralda de San Francisco» tiene cuatro relojes de 22m de diámetro en cada una de sus cuatro fachadas.

Mencionar también la Giralda de Miami (Hotel Biltmore de Coral Gables) o la del country club Plaza de Kansas City.