Los Sadhus o santones son inherentes a la religión hinduista.

La cuarta fase en la vida de un hindú, después de estudiar, ser padre y peregrino, es el ascetismo. El término sadhu, o santón hace referencia a místicos, ascetas, practicantes de yoga, y monjes mendicantes que viven al margen de la sociedad. Cortan todos los lazos familiares, no tienen posesiones y  reducen sus necesidades a lo mínimo para concentrarse en alcanzar una realidad más elevada. Dependen de la caridad de la gente para subsistir pues no pueden trabajar. Y las donaciones que se les hacen son consideradas como “ofrendas a los dioses” que favorecen la acumulación  de buen karma.

Santon en VaranasiLos sadhus son respetados y temidos como “hombres sagrados o mensajeros de Dios”, a los que se les atribuyen poderes sobrenaturales, entre otros la capacidad para echar maldiciones.

Tan sólo un 10% de ellos son mujeres, llamadas sadhvis, que generalmente toman este camino  después de enviudar, pues es casi la única manera respetable de escapar a la “muerte en vida” a la que son desterradas por la sociedad.

El pilar básico del hinduismo es la creencia en la reencarnación, un ciclo de muerte y renacimiento que se repite eternamente, también llamado samsara. La aspiración del hinduista es conseguir que sus reencarnaciones sean lo más favorables posible. Para ello hay que acumular buen karma. El karma, bueno o malo está relacionado con las buenas o malas acciones que uno lleva a cabo en la vida, es una reacción causal, causa=consecuencia. La aspiración máxima de cada individuo,  sería la liberación de ese ciclo que te hace nacer una y otra vez para sufrir y alcanzar el Nirvana o iluminación. La iluminación espiritual ha supuesto siempre el objetivo vital más elevado, y es un estado de existencia que es posible para todo el mundo. Los santones esperan iluminarse en esta vida, y romper con el ciclo de reencarnaciones.

Sadhu en KathmanduHay entre cuatro y cinco millones de sadhus sólo en La India, y se les suele encontrar alrededor de los templos, recorriendo los polvorientos caminos, en cuevas y en los márgenes de los ríos. En el festival del Kumbh Mela, que se produce cada tres años, se pueden reunir cientos de miles de ellos de todas las sectas.

También en Nepal es otro país en el que hay miles de ellos, pues es el único país del mundo donde la religión oficial del país es el hinduismo.En los alrededores de Pashupatinath, Katmandú, el más importante templo dedicado a Shiva, viven cientos de ellos. Podemos observar como algunos se infligen toda suerte de suplicios como dormir sobre un lecho de clavos, caminar sobre las brasas, llevar años de pie…tal es el grado de control de su mente. Las torturas físicas son un medio para alcanzar poderes sobrenaturales.

 

 

Sectas del Hinduismo

Aunque el panteón hinduista cuenta con más de 330 millones de dioses, los principales son: Brahma (el creador), Vishnú (el conservador) y Shiva (el destructor).
Hay dos vertientes ascéticas mayoritarias o sectas: los Shivaítas  o  saivas y los Vishnuitas o vaisnavas.

Los Shivaítas son seguidores de Shiva, son reconocibles porque se dibujan  la frente con tres líneas horizontales que representan las tres impurezas que Shiva pretendía destruir con su búsqueda ascética: el egoísmo, la acción con deseo y el maya.
Sadhu en JaipurLos Vishnuítas son seguidores de Vishnú y sus reencarnaciones, (principalmente Rama y Krishna) y se les reconoce por las líneas verticales pintadas en su frente.
Tanto unos como otros no dejan indiferentes a nadie, pues su aspecto suele ser de lo más estrafalario tratando de emular al Dios tal cual es descrito en los mitos y leyendas populares. Es seguro que no encontrarán a dos vestidos o pintados igual.

En el caso de los shivaitas, muchos  de ellos  vagan desnudos, son los nagas, simbolizando de esta forma su renuncia al mundo de los mortales. A menudo  llevan el cuerpo cubierto de cenizas que tradicionalmente provienen de las cremaciones, y que simbolizan la muerte y el renacimiento… Otros deciden no cortarse el pelo (jatta) como signo de renuncia material, y llevan greñas de más de dos metros recogidas bajo un turbante. Las jattas representan el poder acumulado por el sadhu.

Santon en los Chhatris de OrcchaOtra secta shivaita, son los aghoris, que se rodean de muerte y comen carne humana;  emulando las características más extremas de Shiva como conquistador de la muerte: viven alrededor de  las zonas de cremación; se bañan en cenizas de las piras funerarias; se adornan con cráneos y huesos y se drogan, en una suerte de demencia transgresora de todos los tabúes hindúes y ascéticos convencidos de que así acelerarán la iluminación. A los aghoris se les atribuyen horribles  rituales  en los que se  practica el necrocanibalismo. En ellos se “comulga” con carne pútrida de cadáveres; se comen excrementos y beben orina y copulan con prostitutas.
Los aghoris representan una tradición milenaria y ha habido épocas en que la secta era muy numerosa.

Además, entre los shivaitas mencionar a dos sectas más, los udasin (de origen sikh, veneran el libro sagrado de los sikhs) y los yoguis (devotos de Shiva, aunque bajo su manifestación como Bhairava, y adoran a Hanuman y Dattatreya)

En el caso de los vishnuitas, la secta más importante en número son los ramanandis, pero hay dos más, los tyagis y los sakhis.

Los tyagis, al igual que los nagas shivaitas van desnudos. Viven a la interperie y no usan ropa alguna excepto un taparrabos; muchos guardan silencio, hacen ayunos prolongados y practican hatha-yoga. 

 

 


 

Ana Morales

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