Assilah (llamada también Arcila, Arzila y Asilah) es una pequeña población de pescadores que se encuentra en la costa de Marruecos, a unos cincuenta kilómetros al suroeste de Tánger. El trayecto desde Tánger a Assilah bien merece la pena hacerlo en taxi, pues así podremos disfrutar a lo largo de kilómetros y kilómetros de un precioso paisaje de paradisíacas playas atlánticas de arena blanca, con dunas, vegetación y escasa presencia humana, que nos recordarán a las mejores playas de Cádiz. Pero, porqué visitar Assilah? Cuanto tiempo dedicarle? Esta respuesta dependerá de lo que uno busque. Assilah es una población luminosa y pintoresca, en la que no hay grandes monumentos ni avenidas llenas de comercios. Sus atractivos son sencillos: un cielo intensamente azul, el sonido del mar como una letanía a través de las callejuelas de la medina y el olor intenso a sal.
Es una población ideal para relajarse, agradable, acogedora, algo bohemia, y con una pequeña y cuidada Medina en blanco y azul que es un primor. Sin duda una delicia pasearla sin mirar el reloj y sin rumbo establecido. Quizás para muchos este sea su principal atractivo, y se les tendrá que dar la razón. Por ello, los que busquen descansar estarán encantados de pasar varios días, y, los que busquen monumentos y actividad con un día estarán servidos.
En muchas guías definen su Medina como la más limpia y cuidada de Marruecos, motivo por el cual ha recibido muchos premios. Situada a pie del mar está rodeada por unas murallas defensivas bien conservadas construidas por Alfonso V de Portugal en el S.XV sobre las que rompe con furia el océano.
Los portugueses transformaron la ciudad en un centro comercial dedicado al comercio en la ruta del oro sahariano. En esta época hubo un acuerdo de no agresión entre España y Portugal, teniendo España libertad para conquistar en la costa mediterránea y Portugal sobre la Atlántica. A finales del siglo XVI, la ciudad fue recuperada por la dinastía Saadí e integrada a sus territorios, para ser conquistada brevemente por los españoles en el último tercio del siglo XVII. Finalmente, fue recuperada por Muley Ismail en 1691. La Medina que hoy conocemos es de ésta época, ya que fue totalmente reconstruida tras la expulsión de los españoles. Tengo que decir que una de las cosas que me sorprendió agradablemente de la Medina de Assilah fue lo tranquilos que son los tenderos, aquí no me sentí presionada ni para comprar ni para pararme en ningún sitio, y fue curiosamente donde encontré cosas más bonitas y más razonables de precio. Encontré una tienda con un enorme surtido de zapatos de rafia y piel como no he visto en ningún otro sitio, y más tarde supe que tiene una reconocida fama fuera de aquí, se llamaba Bazar Oussama o algo así, con una excelente relación calidad-precio.
Es una obligación sentarse a esperar la puesta de sol en el Mirador de Caraquia donde, a sus pies y junto al mar, podremos ver el morabito de Sidi Ahmed Al Mansur, un minúsculo cementerio con una veintena de tumbas cubiertas de cerámicas esmaltadas. Estas curiosas tumbas, estrechas y decoradas, supimos que tienen esta forma porque los cuerpos se enterraron de costado en dirección a La Meca. En las escaleras de acceso a este mismo mirador artistas gnaoua, y otros músicos callejeros tocan instrumentos típicos del folklore de la zona que seguro os invitarán a probar. Los niños, ajenos a todo ello se zambullen una y otra vez en el mar desde las rocas más abajo del espigón, lugar en el cual, cuando baja la marea hay una pequeña cueva santuario visitada por las mujeres que desean concebir, a la cual se hacen ofrendas y se piden deseos.
La ciudad es hogar también de muchos artistas que cambiaron sus ciudades de origen por las estrechas calles de la medina donde la inspiración flota en el aire. Muchos de ellos han dejado su huella en las paredes pintadas con murales de colores de los alrededores de la medina. Estas pinturas murales se renuevan cada año en los meses de julio / agosto durante el Festival Cultural de Assilah. Hay algunas francamente bonitas, un arte efímero y al alcance de todos que tienen el valor del intercambio cultural, pues participan artistas de todo el mundo.
La presencia española se manifiesta en la arquitectura y el urbanismo de la nueva ciudad que se extiende en paralelo por el paseo marítimo al norte de la Medina. Aquí aún queda la iglesia de San Bartolomé, el ayuntamiento y la oficina de correos, el mercado, la estación de autobuses y los cines Magali, todo cerca de la iglesia. También la almadraba junto al puerto, o el casino en la plaza de Mohammed V.
Assilah vive de los frutos del mar y de los turistas y enamora porque no ha perdido su identidad. La pesca, no obstante creo que como en casi todos sitios es un oficio que está en retroceso. Sin embargo, si os acercáis al nuevo puerto a media tarde podréis observar cómo se descargan las capturas que luego se venden en la calle. Es curioso que la gente sale a comprar el pescado cuando ya anochece. En algunos sitios incluso los cocinan para tí en el momento.
Saliendo de la Medina por la puerta de Bab Homar y caminando hacia el interior de la población hay un mercado popular que se pone todas las mañanas y que allí llaman “de los pobres” en el que se venden frutas y verduras. Exponiendo la mercancía sobre una esterilla en aceras o sobre la misma calle, mujeres con el típico atuendo rifeño venden sus exiguas mercancías, recipientes con leche, queso, huevos, hierbas…también es posible verlas a primera hora en torno a la puerta Bab Homar. Por último, mencionar que dentro de la población hay grandes playas, con un moderno paseo marítimo que al atardecer se llena de viandantes y vendedores ambulantes de comida. Sin embargo, las mejores playas están fuera de la población, a un tiro de piedra de Assilah. Paradise Beach a 3 kms de la ciudad, o el Briech a 6 kms en dirección Tánger son sólo algunas de sus famosas y extensas playas.
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5 Comments
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Hola Marta, efectivamente son primas hermanas, aunque Essaouira es mayor. La Medina de Assilah se recorre enseguida, y el puerto no es tan pintoresco como el de Essaoira, pero como comento en la entrada, lo que gusta de Assilah es ese ambiente relajado y marinero,bohemio, que invita a no hacer nada salvo pasear y disfrutar del entorno. Gracias
Precioso, tengo intención de ir en breve. Estuve en Essaouira, me encantó y este lugar me recuerda bastante,
Ana preciosa descripción y muy acertada. Yo soy una enamorada de Assilah y acabo de regresar. Comparto tus palabras en mi Facebook porque quiero que mis amigos entiendan porque me gusta tanto. Gracias Ana
Hols María,
te agradezco mucho el comentario y que mis palabras te hayan llegado. Muchas gracias!