En uno de los laterales del bazar Khan el Khalili de la caótica capital de Egipto, camuflado entre tiendas de tejidos, calderería y souvenirs se encuentra el mítico café El Fishawy, un lugar que ejerce fascinación en propios y extraños por su ambiente y privilegiada ubicación en el famoso bazar de la capital. Si buscais un lugar novelesco y curioso en El Cairo, sin duda podría ser este.
Dicen que el café toma su nombre de un gangster del bazar de los años 40, y, el gerente, un orondo señor elegantemente vestido con traje gris cruzado al que pude conocer, se jactaba de no haber cerrado jamás sus puertas en casi un siglo de vida del café. A todas luces que es una exageración pero si estamos en un lugar propicio para “cuentos de las mil y una noches”, es este, así, que creo que podemos permitirle esta licencia al buen señor.
No en vano, el lugar que era frecuentado décadas atrás por escritores e intelectuales tiene una atmósfera ciertamente única y novelesca. La decoración del local, con grandes espejos de marcos dorados y alguna araña de cristal polvorienta colgando del techo que seguramente conoció mejores tiempos, celosías de madera, y molduras rococó contribuye a crear el encantador aspecto de decadencia y de pertenencia a otro tiempo que tan atractivo es.
Aquí Naghib Mahfuz, el premio nobel egipcio se sentaba a escribir cada día buscando inspiración para sus tramas y personajes. Hay una zona reservada dentro del café donde se le rinde un pequeño homenaje, un rincón donde se dice él gustaba de sentarse, viendo el vaivén del bazar pero sin estar inmerso en él donde el incesante ajetreo y los vendedores ambulantes no pararían de abordarle. Dependiendo de la hora del día en que nos sentemos podrá ser una experiencia más o menos tranquila o casi abrumadora. Durante el día está casi desierto, ya que lo egipcios son de hábitos nocturnos y los extranjeros no suelen abordar el bazar hasta que no han acabado con las excursiones diarias, pero hay que decir que cuando se empieza a poner en sol se abarrota de gente, tanto cairotas como extranjeros y que esto se prolonga cada día hasta entrada la madrugada. Todos se quieren sentar en una de sus minúsculas mesitas redondas de latón repujado, a ser posible en el exterior, donde los cansinos ventiladores mueven cadenciosamente el aire, y donde hay un gran trasiego de gente.
Quien puede resistirse a participar de esta atmósfera y estar temporalmente inmersos en ella? Aunque es una calle estrecha y muy bulliciosa, lo cierto es que uno se sienta y no tiene ninguna prisa por levantarse. Incluso cuando “sufre” los continuos ofrecimientos de vendedores ambulantes o de pedigüeños, que reconozco puede llegar a ser algo muy incordiante.
Cairotas y extranjeros por igual disfrutan de el arte de observar a la gente, y conversan y rien mientras fuman o se toman un fragante te a la menta. Es un excelente lugar donde reponer las fuerzas, (tan necesario en esta frenética urbe que agota a cualquiera) inmerso en la cultura local o simplemente para hacer una agradable pausa si uno piensa dedicarse al regateo y las compras. Imprescindible como las Pirámides!
La dirección:
Café El Fishawy
Midan Hussein, Khan el Khalili, El Cairo, Egipto
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4 Comments
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Me encanta esta nueva sección del blog. En la mayoría de ocasiones, los mejores recuerdos que conservamos de un viaje no son los monumentos que se hemos visitado sino de situaciones, sensaciones que hemos vivido y sitios o rincones especiales…Es estupendo descubrir lugares con alma como éste en cualquier ciudad que visitemos!
Estoy totalmente de acuerdo contigo Olivia, de lugares como estos uno se trae los mejores recuerdos, por ello he querido compartir mis «hallazgos».
Saludos
Conforme he ido leyendo, he ido recordando la tarde-noche que estuvimos allí. Aunque debido a la situación que viven allí, me acuerdo mucho de ese viaje, en realidad el café de los espejos lo tenía un poco olvidado. Me alegro mucho de que me lo hayas hecho recordar.