Toda ciudad tiene una historia oscura que no siempre es conocida por los visitantes. Sin embargo, no es el caso de la ciudad que hoy nos atañe: Londres. Hoy les invito a recorrer junto a mí los callejones de uno de los barrios más tristemente célebres de la ciudad a la búsqueda de las huellas de uno de los asesinos en serie más famosos de la historia: Jack el Destripador.
Whitechapel, el Londres que el resto de Londres no quería ver
Whitechapel, uno de los distritos decimonónicos más miserables de la ciudad, fue el escenario de una serie de horrendos crímenes que nunca fueron aclarados y que generaron una gran alarma social: los crímenes de Jack el Destripador, o simplemente The Ripper, como aquí se le conoce comúnmente, considerado el primer asesino en serie de la época moderna.
Corría avanzado el 1888 y 133 años después la leyenda continúa ya que esa serie de asesinatos son un misterio sin resolver que nos sigue fascinando incluso hoy en día.
Hoy, Whitechapel, el barrio donde todo ocurrió, no es un barrio muy turístico pero sí es un típico barrio obrero londinense de casas bajas de ladrillo rojo visto; un lugar pintoresco e intercultural en pleno proceso de gentrificación que se ha convertido en uno de los polos de cultura alternativa de la ciudad. Está situado en la zona este de Londres: el famoso East End. Al este de la City de Londres y al norte del río Támesis en un área cercana al antiguo puerto de Londres.
Sin embargo, para entender cómo fue posible lo que allí ocurrió, hay que imaginar un Londres victoriano en plena revolución industrial. Entonces la ciudad más grande del mundo y la capital del Imperio Británico (que en 1901 alcanzaba los 6 millones de habitantes). Y polo de atracción de las clases trabajadoras e inmigrantes de sus colonias y de las zonas más pobres de Europa.
Al igual que en otras ciudades europeas de la época, el crecimiento de las ciudades no fue acompañado de una planificación urbana, con la consecuente carencia de servicios básicos: agua corriente, alcantarillado, alumbrado público, etc.
Una ciudad que fuera de los elegantes barrios aristocráticos intramuros del West End como Chelsea, Westminter o Marylebone era una ciudad hostil y mal iluminada, sin saneamiento público, donde familias enteras malvivían hacinadas en una sola habitación, sin baño ni ventilación y siendo pasto de toda clase de enfermedades. Se dice que la esperanza de vida de un niño estaba en los 5 años, y no era extraño encontrarlos viviendo en la calle abandonados por padres que no podían alimentarse ni tan siquiera a sí mismos.
A finales de la década de 1800, alrededor de 900.000 personas residían en el East End de Londres y al menos 250.000 de ellos vivían en Whitechapel.
En la época de los asesinatos era un barrio marginal y oscuro, superpoblado, húmedo e inundado con las emanaciones malolientes del Támesis y los humos y vapores incontrolados que las fábricas que crecían por doquier expulsaban sin ningún control. En este escenario que parece propio de una novela de Dickens florecían de modo casi natural el alcoholismo, el crimen y la prostitución, que campaban a sus anchas por las calles. Según documentos de la época, en Whitechapel se concentraban 45 tabernas y 62 burdeles que daban sustento a unas 1.200 prostitutas.
Esto era Whitechapel, la peor zona del East End de Londres. Escenario de todo este horror y un lugar en el que no era nada recomendable adentrarse ya antes incluso de la aparición de Jack el Destripador. El Londres donde la miseria tocaba fondo, el Londres que el resto de Londres no quería ver.
Los asesinatos
Pero entre Agosto y Noviembre de 1888 los asesinatos de Jack el Destripador hicieron a todos girar la cabeza hacia allí. Estos crímenes sembraron el terror e hicieron temblar los cimientos de la altiva sociedad victoriana, desvelando la existencia de una Gran Bretaña degradada y pobre poco más allá de los muros de la capital.
El bautizado por la prensa como «Jack el Destripador», que cometió con seguridad al menos 5 asesinatos en las laberínticas, oscuras y estrechas calles del barrio, puso en jaque a la policía de Scotland Yard, sin que a fecha de hoy se tenga más información que entonces.
Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes, y Mary Jane Kelly fueron las víctimas atribuidas al asesino, aunque hubo un total de once.
El recorrido
Es posible realizar este paseo con infinidad de empresas, y, de hecho yo os lo recomiendo así ya que enriquece mucho el recorrido si alguien con conocimientos históricos te va aderezando la visita, dando explicaciones y contando anécdotas. Además hay que tener en cuenta que esta no es una ruta con localizaciones bien indicadas y que aunque pasareis por algunas zonas con encanto, muchos de los lugares del tour son simples calles, pubs o casas que no os dirán nada sin una explicación detrás.
Dicho lo anterior os propongo un recorrido que podéis hacer fácilmente por vuestra cuenta, simplemente necesitareis un mapa de la zona y zapatos cómodos para caminar, eso sí, sabed que el barrio no goza de muy buena fama, así que mejor durante el día.
Whitechapel Road: De esta avenida suelen partir muchos de los tours.
Justo al lado de la estación de metro se encontraba el edificio de Whitecapel Working Lads Institute desde donde se dirigía la investigación sobre el caso.
Angel Alley: El callejón más histórico del East London.
El East End de Londres solía estar lleno de lugares de encuentro secretos, atajos ocultos y peligrosos callejones sin salida. Este pequeño callejón está situado junto al edificio de Whitechapel Art Galery en la Calle Whitechapel. Ya en 1793, las casas de hospedaje se habían convertido en burdeles de día para los clientes del convenientemente ubicado mercado de Spitalfields. Al mismo tiempo, el extremo norte se convirtió en un callejón sin salida.
En 1840, los burdeles funcionaban permanentemente, a tiempo completo, por lo que era un lugar muy frecuentado por las prostitutas de la zona y sus clientes: tenderos, bebedores, jugadores y clientes potenciales eran hábilmente atraídos hacia aquí, por lo que seguro que el propio asesino pasó por allí en más de una ocasión.
Dunward Street (escenario Mary Ann Nichols): aquí fue hallado en la madrugada del 31 de agosto de 1888 el cuerpo sin vida de Mary Ann Nichols, que se considera la primera víctima de Jack el Destripador (antes Buck’s Row). Buck’s Row era, y sigue siendo, una calle poco inspiradora situada detrás de la estación de metro de Whitechapel, justo al lado de Whitechapel Road. El cadáver apareció degollado y con cortes en el abdomen. En la parte superior de esta sección oriental de Durward Street, justo antes de que se ensanche, todavía permanece la mayor parte de la antigua Board School, que se cierne sobre el lugar del asesinato hoy tal como lo hizo en el momento del asesinato en 1888.
Goulston Street: En el número 48 de esta calle se encontró la madrugada del 30 de septiembre de 1888 un trozo del delantal ensangrentado de Catherine Eddowes, la cuarta víctima mortal de Jack, cuyo cuerpo se halló a unos 500 metros de aquí. En un muro aledaño, se encontró una pintada escrita con tiza blanca en el que podía leerse «Los judíos son los hombres que no serán culpados por nada«. Para evitar más que posibles disturbios y represalias la inscripción fue borrada por orden de la policía ya que la población judía de este barrio era muy elevada.
Hanbury Street (escenario Annie Chapman): Hanbury Street fue el escenario de lo que generalmente se acepta como el segundo asesinato cometido por Jack el Destripador. Corre en zigzag de este a oeste desde Commercial Street, no lejos de la estación de metro de Shoreditch. Su cuerpo fue descubierto la madrugada del 8 de septiembre de 1888 en el patio trasero de la casa situada en el número 29, lugar muy frecuentado por las prostitutas de la zona. El asesino se ensañó con ella, intentado decapitarla, seccionándole el abdomen y sacándole los intestinos. Hoy día en el número 29 se encuentra el edificio de Old Truman Brewery.
Henriques Street (escenario Elisabeth Stride): El cuerpo sin vida de Elisabeth Stride fue hallado también la misma madrugada del 30 de septiembre de 1888 en la Calle Henriques (antigua Berner Street) a la altura del cruce con Fairclough Street donde se encontraba antiguamente la Workingmen’s Educational Club. Esta noche Jack cometió un doble asesinato, ya había asesinado a Elizabeth Stride aproximadamente 45 minutos antes de que el cuerpo de Catherine Eddowes fuera descubierto en Mitre Square. Aunque algunos creen que su muerte no fue obra de Jack el Destripador lo cierto es que se piensa que sí por el modus operandi. Es posible que el asesino no llegase a terminar la masacre al ser sorprendido por el portero de algún local próximo. Lo que es seguro es que el asesino se habría dado cuenta de que pronto tendría dos fuerzas policiales tras su rastro por lo que desaparecería a toda prisa. Catherine había sido asesinada en Mitre Square, que estaba en la ciudad de Londres y, por lo tanto, estaba bajo la jurisdicción de la Policía local de la City de Londres, y por otro lado, de la Policía Metropolitana, fuerza responsable de la investigación de los demás asesinatos de Whitechapel.
Iglesia de Saint Botolph: En el siglo XIX, Saint Botolph era «la iglesia de las prostitutas». Está situada en la Calle Aldagate Hight street, al lado de la parada de metro y durante la época victoriana las prostitutas desfilaban justo enfrente de la puerta principal en busca de clientes, curiosamente Catherine Eddowes, la quinta víctima mortal de Jack el Destripador fue arrestada junto a la iglesia por ir borracha poco antes de su asesinato.
Miller’s Court Street: Aquí se halló a Mary Jane Kelly, la última víctima de Jack el Destripador. De los cinco asesinatos que perpetró, este fue el más sanguinario de todos.
El día 9 de noviembre de 1888 Mary Jane Kelly fue encontrada muerta en la pensión donde vivía, en el número 13. El asesino se ensañó: su cuerpo se halló seccionado de arriba abajo, con los órganos internos extraídos y esparcidos por la cama y las mesitas de noche y parte de la nariz y las orejas amputadas. Parece ser que Mary llevaba días sin salir a buscar clientes acobardada por los asesinatos, pero que finalmente el hambre fue más fuerte que el miedo Hoy el lugar del crimen es un parking de coches conocido como White’s Row.
Mitre Square (escenario Catherine Eddowes): En el oscuro callejón llamado St. James que desemboca en la Plaza Mitre situado justo detrás del Colegio Sir John Class’s Foundation School se encontró el cuerpo sin vida de Catherine Eddowes la madrugada del 30 de Septiembre de 1888, degollada, eviscerada y con parte del pie y el lóbulo de la oreja seccionados. Se cree que fue el segundo asesinato de la noche, ya que previamente Jack había matado a Elisabeth Stride, encontrada en la Calle Henriques. Del escenario de antaño (dormitorio común y fábrica de cigarros) ya no queda nada, se ha convertido en un lugar de relajo y descanso al que acuden los empleados de las oficinas cercanas, principalmente a la hora del almuerzo.
Ten Bells Pub: Este lugar, en el número 84 de Comercial Street esquina con Fournier Street lleva en funcionamiento desde el año 1752. El pub era frecuentado por las prostitutas de la época incluyendo a dos de las víctimas de Jack el Destripador: Annie Chapman y Mary Jane Kelly. Sus víctimas eran asiduas parroquianas y se sospecha que el famoso asesino en serie también acudía asiduamente aquí. Es posible que así las conociese, y puede que eso último fuera lo que hizo la noche del 9 de noviembre, porque muy cerca de allí, en la pensión del número 13 de Miller’s Square, apareció en cuerpo sin vida de Mary Jane Kelly, que es, como ya describí antes, uno de los crímenes más atroces de Jack el Destripador.
Saber más:
Museum in Docklands: Si queréis profundizar más en la historia de Londres o en la figura de Jack el Destripador, sabed que en el número 1 de West India Quay se encuentra el Museum in Docklands. En este lugar podréis encontrar una exposición sobre el famoso asesino en serie. De vez en cuando se organizan exposiciones, talleres y otros actos relacionados con el mismo. Ah, es de acceso gratuito.
El asesino que se desvaneció
El 9 de Noviembre de 1888 la orgía de sangre y muerte cesó. Jack cometió su último asesinato y se esfumó para siempre, dejando tras de sí uno de los misterios sin resolver más famosos de la historia. Leyenda alimentada por la cobertura sensacionalista de la prensa de la época y por la crueldad de unos crímenes que aún hoy nos hacen estremecer.
Su caso sentó las bases para los estudios (aún en la actualidad) de los asesinos en serie. De hecho, tal es el interés del personaje y sus homicidios que llega a estudiarse en la Universidad. La “Ripperología” (de Jack the Ripper, en inglés) analiza y estudia los asesinatos de Jack el Destripador.
Su identidad es uno de los enigmas que más teorías ha fomentado. Y el que nunca se descubriera la misma y se barajaran las más diversas hipótesis sólo sirvió para convertir su figura en un mito popular. De hecho, trece décadas de hipótesis nos llevan a una irónica conclusión: el fantasma del Destripador ha creado más asesinos que cadáveres. Solo a finales del siglo XIX la policía llegó a investigar a cerca de 300 sospechosos haciendo que su desgraciado reguero de víctimas palideciese. Y, lejos de haber caído en el olvido, las nuevas teorías son responsables de la publicación de nuevos libros cada año.
Artículos relacionados
Combarro, la villa de los hórreos
18 mayo, 2024
El Torcal, forjado a fuego y piedra
1 noviembre, 2023
El Naufragio del Willow
17 octubre, 2023
Los frisos del Partenón y su retorno al Olimpo
16 septiembre, 2023
El lado más ligero de la vida: de carnaval en carnaval
21 agosto, 2023
Cotswolds, la campiña inglesa por descubrir
19 junio, 2023