Esta bella localidad costera algarveña, a escasos 25 kms desde el aeropuerto de Faro si llegáis en avión o 30kms desde la frontera ovetense si llegáis en coche particular, es de las primeras poblaciones de Portugal que os saldrán al encuentro tras pasar la frontera por el sur. Tavira es amor a primera vista, a diferencia de otras poblaciones del Algarve occidental, aquí se respira un ambiente distinto, no hay tantos turistas, ni coches, ni bares, (para lo bueno y lo malo) y ha sabido conservar su entorno natural, su patrimonio arquitectónico y la esencia de un pueblo pesquero portugués.

Tavira está atravesada por el río Gilão, que desemboca en las ensenadas y lagunas del parque natural de la Ría Formosa como otras poblaciones cercanas que ya conocemos. La Ría Formosa es una laguna costera única y en constante transformación debido al continuo movimiento de vientos, corrientes y mareas. Parque natural desde 1987 ha sido elegida como una de las 7 Maravillas Naturales de Portugal, y por ello esta es una de las áreas protegidas que no te debes perder durante tus vacaciones en el Algarve.

Es una luminosa localidad transmite encanto, autenticidad  y tranquilidad, por ello es ideal si se viaja con la familia, o, si simplemente están buscando un cambio de ritmo o un poco de relax. El casco urbano se muestra cuidado y coqueto y lleno de edificios históricos, iglesias ( hasta 37! En un núcleo urbano de 25.000 vecinos), reminiscencias árabes, placitas y un hermoso parque paralelo a la ría donde es una delicia sentarse a descansar o tomar un helado como hacen los lugareños. Sus calles peatonales empedradas, jalonadas de terrazas y bonitas casas con fachadas de azulejos y portones de madera pintados de chillones colores adornados con plantas nos inspiran esa experiencia portuguesa que todos esperamos encontrar.

Playas de Tavira

El marisqueo es una actividad de gran importancia económica durante las mareas bajas de la Ría Formosa. En el propio pueblo, podréis observar como con la bajada de la marea, el nivel del río desciende y los mariscadores aprovechan ese momento para hacer algunas capturas. La pesca, la extracción de sal y la recolección de mariscos son las actividades tradicionales de las poblaciones de la Ría y como es de esperar son la base de su gastronomía.

La ciudad de Tavira en sí no tiene playa, pero al sur de su término municipal se encuentran los canales y marismas del Parque Natural da Ria Formosa con dos islas contiguas: Isla de Cabanas e Isla de Tavira. En la Isla de Cabanas la playa lleva su nombre, Playa de Cabanas. La Isla de Tavira tiene maravillosas playas de arena blanca de 11 kilómetros de longitud,  que como en el caso de las islas de Culatra o Farol, de las que ya os hablé en una entrada anterior, están a solo un breve trayecto en ferry del centro de la ciudad.  Tiene cuatro playas: Isla de Tavira (Praia da Ilha de Tavira o simplemente Praia Tavira), Playa Santa Luzia (también conocida como Tierra Estrecha, Praia da Terra Estreita), Playa del Barril (Praia do Barril) y Playa del hombre desnudo (Praia do Homem Nu). Praia do Barril, es una playa inmaculada de aguas prístinas muy indicada para ir con niños, y el lugar en que se encuentra el cementerio de las anclas, recuerdo de un poblado atunero que estuvo habitado y activo hasta 1967 (Cemitério das Âncoras).
El ferry sale cada media hora desde las  9:30h a las 18:30h a la altura del antiguo puente romano sobre el río Gilão, pero probablemente los horarios y frecuencias camben según la época de año. El billete de ida y vuelta cuesta 2€.

Patrimonio arquitectónico

Pero además de tranquilidad y un entorno natural impresionante, Tavira en sí misma tiene también actividades culturales que ofrecer, de modo que podamos combinar.

La Iglesia de Santa María do Castelo, de estilo gótico, ocupa el lugar de la antigua mezquita mayor. En su capilla mayor descansan los restos de Don Paio Peres Correia y los seis caballeros de la Orden de Santiago, que consiguieron conquistar Tavira a los moros en 1242. Muy cerca, la Iglesia de Santiago, también se levantó sobre una antigua mezquita, en este caso la menor. La Iglesia de la Misericórdia, del S.XVI,  puede presumir de ser obra del mismo arquitecto del Monasterio de los Jerónimos de Lisboa, André Pilarte. Su interior atesora un bello retablo barroco dorado que contrasta con sus blancas paredes encaladas  llenas de preciosos azulejos blancos y azules muy bien conservados. Es realmente bonita, muy humilde por fuera (hasta el punto de que puede pasar desapercibida) y soberbia por dentro, una joya renacentista declarada Monumento de Interés Público.

La Plaza de la República es el centro neurálgico de la ciudad de Tavira. Está rodeada de comercios y de cafeterías con terraza donde sentarse a descansar y a degustar un rico café portugués. Aquí nace la Rua da Liberdade, en la que se encuentra la oficina de turismo de Tavira. En sus alrededores se concentran la mayoría de restaurantes y plazas de la ciudad.  Junto a la plaza y tocando paralelo a la ría se encuentra el Jardín de Coreto  que termina en el edificio del antiguo mercado de la ciudad, el Mercado da Ribeira. En el viejo mercado hay cafés, tiendas, restaurantes e incluso alguna exposición. Merece la pena visitarlo. Por detrás del mercado accederéis a una zona de puerto tradicional donde podréis hacer bonitas fotografías de las barcas pesqueras y las redes.

Por último, si bien es verdad que del Castillo de Tavira construido por los moros entre los siglos IX y X sobre las ruinas de una antigua fortificación militar fenicia del siglo VIII a.C queda poca cosa, estos están rodeados por un bonito jardín, y tened en cuenta que las mejores vistas las podemos  contemplar subiendo a la torre del castillo, el mejor mirador de la ciudad. Desde aquí se divisan los tejados a dos o cuatro aguas, ondulantes, las cúpulas de las iglesias, el río, las salinas e, incluso, la línea marítima.

Especialidades gastronómicas

Si os gustan los frutos del mar, estáis en el lugar indicado para degustarlo. Hay en Tavira excelente pescado fresco y marisco para contentar todos los paladares. La cataplana de marisco es el plato típico del Algarve y lo podréis encontrar en cualquier ciudad de costa la costa algarvía, sobre todo en aquellas que han conseguido mantener un estilo de vida menos turístico, como Tavira u Olhao. El atún, en rodajas, encebollado,  o estopeta (desmigado con hortalizas) también destaca en los menús, ya que su pesca era hasta los años cincuenta una de las actividades tradicionales de esta zona. El pulpo, cocinado de distintas formas, es otra de las estrellas del menú en Tavira (ensalada, a lagareiro, con arroz) o el famoso arroz de navaja es otro plato de la localidad.

Por último, si vuestra estancia os da la posibilidad:
–  A unos 8 kms de Tavira  hay una preciosa piscina natural con cascada, el Pego do Inferno.
–  La capital del Algarve está a tan solo 25 kilómetros de Tavira, por lo que es fácil de visitarla desde aquí.
–  Otra población que seguro os gustará y que no está lejos es Vila Nova de Cacela, un pequeño pueblo con estupendas playas y un mirador a la costa sencillamente espectacular desde la fortaleza de Cacela.